sábado, agosto 02, 2008


Malditas las fauces del mundo,

Corroen y corroen,

Avanzan sus dientes de

Espeso hormigón.

No hay día

No hay noche

Ni un delicado derrame

De crepúsculo escarlata,

Solo sus misiles

De falsas lunas

Alumbrando la sombra

Húmeda del callejón.

Padre, que falto estoy de humanidad,

No tengo ni la medida

Ni el vocablo

Para beber con ellos ésta ciudad,

Qué son aquellos reptiles grises?

Camaleones de un fondo habitado

Que despiadada la marcha de sus patas….

Tímida la menta se abraza al mezquino sol,

Digna no pierde su esperanza

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