lunes, agosto 18, 2008


hay regla para todo,

las horas de la rosa,

son las horas de una vida,

la hora de una mosca

es la hora de la muerte.

Putrefactos los cerebros

Se unen como lápida,

Fría y dura,

A un recuerdo,

Que es más bien una gran

Mentira,

Me lo escribo en las muñecas,

Puede ser la llave

De la desgraciada supervivencia,

Avestruces

Corren en fila

Ignorando el campo

Que se abre siniestro

A sus extrañas fantasías.

La tormenta las asusta

Es un dios maligno

Dispuesto a castigar

A quien

Sin dudar….

Mirara la amplitud

De ese verdoso campo

Sombras y truenos

Les recuerda

Lo cerca de ellas

Que deambula la muerte

1 comentario:

jesulon dijo...

valiente comentario es esas horas.