viernes, mayo 05, 2006

no lo deseo


una voz se extiende en una plegaria entre los árboles pronuncia en la silaba llena, la lengua que toca mi espalda se extiende pulposa sobre la piel ardida en consonantes afiladas que rebanan mi boca me lleva al río en su espejismo frío hunde mi rostro en su universo sutil y lleva de mi todo me arrastra del alma por el cosmos y penetra mi ego en su adolorida imagen del narcisismo

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