en una ezquina,
ellos muerden sus piernas,
las abrazan,
las encadenan,
los lobos disfrutan de la carne de juan pablo
disfrutan morder sus labios,
y en el albor del crepúsculo,
arremeter contra su cuerpo,
siempre está tan sólo,
acompañado por la lluvia,
el invierno habita su corazón,
es su amante frío,
que envuelve el sexo gelido de la tormenta,
los lobos lo saben,
un rey de las nieves,
se escucha a juan pablo decir
-si no soy de uno, seré de todos-
2 comentarios:
Un saludo y mucas gracias por pasar por allá.
a mi tb me gusta como escribes...
lo intenso de tus letras traspasa pantallas..
un abrazo
y grax por la visita :)
a veces creo q soy invisible
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