viernes, abril 04, 2014
Yo creí en el azulejo del cielo, en el paspartu de montañas y nubes, creí en los hombres y en los días.... De noche miraba las estrellas, esas malignas emisarias de la distancia sin medición, ahí formando dioses y epopeyas, quería volcarse en ellas, vaciarme en la distancia infinitesimal, así sabría lo que Dios quiere de mi.
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