domingo, abril 06, 2008


Vacío como el cielo de enero,
Mi alma se introduce en
La cotidianeidad,
Fantasmas y caprichos desmenuzan
La sensación de esto,
¡padre!
Estoy tratando de ser
Como los demás,
¡me obligo!
¡me esfuerzo!
El tronco se descubre
¿lo vez?
Pálido y frágil,
Se reconstruye para los otros,
Perdiendo siempre
Su naturalidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que dices en tu poema es muy cierto, cuando uno se obliga a ser como los demas, se pierde toda naturalidad...por ello debemos ser lo que somos...nada mas...esop, saludos.
Jorge

Levedad dijo...

pero, de alguna forma, siempre nos reconstruimos para (por) los demás.


ser social.
en contra o a favor, todos generamos reacciones.

causa, efecto. y viceversa.